Tormento Lanusero 1

Solamente recordar cómo tu ojo izquierdo se achicaba un par de segundos después de que te inyectaras ketamina en el brazo me defragmenta el anahata.
Nene de mamá todavía te veo buscando la liberación sintética en la mentolada ruptura de tu masa cerebral, no entiendo como preferís enloquecer por drogas chinas a que juntos volvamos a acabar.

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