No recuerdo exactamente la fecha, pero
creo que fue por enero de este año (2013) tal vez febrero, no importa
mucho realmente...
Hacía calor y nos juntamos en la casa
de mi amigo Demeter casi sin planearlo, eramos seis y ya era de
noche, las opciones eran ver algo en el
proyector o hacer un salviazo, y
elegimos esta última.
Había leído muy poco sobre los usos y
efectos de esta planta maestra y tenía vagas referencias de viajes
de amigos, pero tenía la certeza de que la oportunidad
de tachar esa experiencia de la lista
había llegado,aunque no estuviera cien por ciento segura de estar
preparada, confié en que la sincronicidad del universo
había pactado ya ese momento como el
indicado.
Rápidamente se preparó la habitación
y la música para la ceremonia, sonaría Kishori Amonkar y reunidos
en ronda surgió el
interrogante sobre quién empezaría,
nos miramos todos en silencio nuestras caras de póquer
y con una mezcla de miedo y respeto
similares a los que siento por la muerte y el mar decidí ser la
primera.
Tengo entendido que es recomendable
fumar el extracto de salvia con encendedor catalítico, pero el
encendedor en forma de autito rojo con luces y fuego verde no
aparecía así que la pipa fue
recargada con un poquito extra, cuando me senté en la cama y Demeter
estuvo por darme fuego con un bic, el autito que me transportaría
a la dimensión salviera apareció.
Traté de aspirar la mayor cantidad de humo fuerte y amargo que me
fuera posible mientras me daban fuego, después de la segunda
bocanada sentí como si algo, o "alguien"
me empujara suavemente hacia atrás
sosteniéndome de los hombros y el pecho, me recosté en la cama y
automáticamente sentí como si me deshiciera en trillones
de partículas que se disolvían en una
especie de túnel tejido de colores imposibles, sentí que mi ser se
eyectaba de mi cuerpo desde mi pecho y vi la habitación
desde arriba, aunque era muy diferente
a como la conocía : una pareja de abuelitos hechos de árbol se
abrazaban en la cama que para ese entonces ya estaba cubierta
de vegetación que se desplegaba por
todo el lugar. Me cuesta mucho traducir en palabras gran parte de la
experiencia por lo extraña y compleja que es, también
creo recordar menos de una cuarta parte
del viaje, peor voy a intentar escribir lo que recuerdo...
Después de ver los viejitos me sentí
aspirada, nuevamente por túneles formados por algo así como
tentáculos, cables y tramados complejos de colores muy hermosos,
lila, rosa, violeta, azul,
todo pastel y neón que nunca antes
había visto en esta realidad. El túnel me llevó a un plano de no
espacio, y no tiempo, la nada, el nirvana?
sólo silencio y una paz rara, mi mente
por momentos se volvía ruidosa, atormentada y aterrada por la
violenta desaparición de lo que creía ser "yo" fue que me
paré y
caminé según cuentan mis amigos con
una torpeza y expresión casi "voodoo" , aunque no tuve
consciencia de haber salido de la habitación hasta encontrarme ya en
el patio
casi cuando el viaje terminaba.
Durante mi trayecto parte de la
información que recibí está superpuesta y confusa y me resulta
imposible transcribir, recuerdo haber pensado que ese
salviazo me había matado, me preocupé
entonces por mi gato y por mi abuela, pensé qué vergonzoso sería
que después de muerta revisaran mi facebook y mi celular jajaja...
forcejeé bastante hasta dejarme morir,
me vi en una habitación oscura e infinita llena de indios sin cara
todos sentados en silencio, creí
que todos los que estábamos ahí
habíamos muerto en manos de la salvia, y sentía mi presencia muy
torpe y ruidosa
ya que mi mente era arañada por una
tormenta de pensamientos y preguntas constantes. Me sentí algo así
como una nena de jardín de infantes que no entendía
un chiste de adultos. Sentí eterno ese
instante, creí que iba a ser para siempre una gotita minúscula e
insignificante en un océano de conciencia infinita.
Mientras caminaba Demeter me rodeaba
con sus brazos sin tocarme para evitar que me golpeara ya que mi
andar era muy torpe y mi mirada estaba perdida,
por un segundo recordé dónde estaba y
quien era, recordé haber fumado extracto de salvia divinorum y me vi
a mi misma como un ser enorme y azul atado a una cama,
abrí los ojos con pesadez como cuando
se despierta de la anestesia general y vi un techo dorado borroso, vi
mis pies, enormes y azules, me vi rodeada de
seres amorosos que me cuidaban y
vigilaban, cuando hacía fuerza por despertar, algo me volvía a
dormir, cuando dormía soñaba que era yo... entonces entendí la
frase
de un amigo que dice algo así como que
cuando los dioses sueñan, sueñan que son nosotros, entonces yo
existía porque alguien me soñaba y mi vida no era más que
una telenovela infantil y terrible que
a su vez era un chiste de sí misma. A todo esto la música se había
vuelto completamente extraterrestre e incomprensible...
Luego recuerdo haberme visto atrapada
en una especie de maquinaria del inframundo, la rueda del samsara
giraba y yo era una microscópica partícula que formaba parte de los
engranajes que la hacían girar, no
pudiendo vibrar en armonía con ello luchaba por zafarme, pero
mientras más luchaba más me atrapaba, por un momento sentí que no
podía respirar, y balbuceé "no
puedo respirar" , en ese momento Demeter contestó : sí que
podes - entonces millones de seres rosados y diminutos se agruparon
para entrar
por mi boca e inflar mi pecho, era el
aire defragmentado en trillones de criaturas.
Mi visión se extendía hacia arriba y
abajo, adelante y atrás "veía" en todas las direcciones,
aunque la información no me llegaba atraves de los cinco
sentidos ordinarios, no sabría muy
bien como explicarlo, pero la percepción era única . Entonces las
capas de realidad comenzaban a verse muy nítidamente distinguidas,
a mis espaldas vi un árbol, que a la
vez era mi amigo, y a la vez veía un holograma suyo, sin mirarlos
los veía y fue entonces que escuché una voz femenina
que hablaba otro idioma : "ya
está, dejala " dijo y vi como se iba formando lo que supongo es
la representación de la identidad de la planta,
un ser altísimo con un manto negro e
infinito hecho de cosmos, la cara eran hojas de cretona y estaba
llena de ojitos dorados; era la pastora y al decir eso
en un idioma que no era ninguno que yo
conociera, el holograma de Demeter asintió y se alejó, después fue
su ser físico el que se alejó y por último el árbol se
deshizo. Me miró y me dijo "no te
quiero ver nunca más acá" , me sentí deshonrada e
irrespetuosa por haber irrumpido bochornosamente en sus dominios más
íntimos y
supuse que la dosis había sido
demasiado fuerte y que no tendría que haberme metido tan adentro,
fue como espiar atrás de un velo que todavía no se suponía que
tenía que correr; y como si mi
vergüenza no alcanzara escuché miles de voces provenientes del
pasto que me gritaban "NOS ESTAS PISANDO CHABONA, MAS RESPETO"
y al mirar
hacia el piso vi el pasto agitado lleno
de ojos dorados por todas partes, les pedí perdón y me aparté de
un salto. Fue en ese momento que volví, el patio de a poco
recobraba su forma habitual y respiré
muy hondo, el trip estaba terminando, vi a Noodle en la puerta
mirándome con cara de espanto y de a poco me fui acomodando a mi
cuerpo y mi conciencia de siempre-
Pasaron varias horas, incluso días, y
seguía teniendo visiones y percepciones por momentos. Esa misma
noche durante la vigilia me vi a mi misma en una especie
de nave, sentí que me suturaban una
herida en el pecho y me despertó el gatito Michi haciéndome un
masaje justamente en esa zona... ya no distinguía si lo que
volvía a mi mente eran recuerdos del
viaje o puro flash, pero todo el día siguiente me costó mucho
interactuar y hacer las cosas de siempre, hasta cocinar era difícil,
me sentía como un fantasma flotando
por toda la casa, me dolía el desamor del mundo en el cuerpo, y
definitivamente, ese salviazo había matado una parte de mí.
Hasta el día de hoy guardo muchísimo
respeto, y confieso que hasta un poco de miedo, al viaje con esta
planta maestra. Es hasta ahora la experiencia
más intensa, compleja y extraña que
tuve en toda mi vida, aunque la agradezco infinitamente-
